Equilíbrio entre Mente, Espírito e Coração

Se conseguirmos conectar nosso ser interior com a orientação espiritual do Senhor, estaremos mais alinhados com a meta da vida eterna. Explore os versículos a seguir para receber orientação para sua vida diária.


"Pois a sua ira só dura um instante, mas o seu favor dura a vida toda; o choro pode persistir uma noite, mas de manhã irrompe a alegria." Salmo 30:5

Nuestra vida de hijos e hijas de Jesús, la misión que nos ha confiado nuestro Padre Celestial, nos llama a un compromiso diario, a un vínculo inquebrantable con quienes nos rodean. Este compromiso se manifiesta en la práctica constante de la oración, un diálogo sincero y profundo con nuestro Padre celestial.

Cada día, en nuestra misión terrena, rezamos por quienes comparten nuestra cercanía, nuestros seres queridos. También dirigimos nuestras plegarias a quienes desempeñan papeles fundamentales en nuestras vidas, los maestros que guían el aprendizaje de nuestros hijos, sobrinos y nietos. Extendemos nuestro clamor a quienes se enfrentan a condiciones injustas y retos insondables. Con cada palabra de oración, forjamos y reforzamos los lazos que nos unen a la misión divina del Altísimo.

La oración, en sus diversas formas -confesión, adoración, acción de gracias y súplica-, es el puente que une nuestro ser a la trascendencia divina. Independientemente del método que elijamos, lo esencial es que, a través de este diálogo constante, alimentemos la conexión que nos mantiene alineados con la misión del Señor.

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"Sejam praticantes da palavra, e não apenas ouvintes, enganando-se a si mesmos." Santiago 1:22

En el fondo, somos seres permeables, capaces de experimentar el perdón y el arrepentimiento. Esta capacidad única nos permite promover la causa de nuestro Señor, restaurando nuestro compromiso fundamental con la fe en el nombre de Jesús. En tiempos difíciles, el acto reflexivo de volvernos hacia nuestro Creador se convierte en un faro que ilumina el camino celestial por el que caminamos.

La sencillez de la verdad revelada en la lectura de la Biblia nos recuerda la inmensa gratitud que debemos sentir por tener pleno acceso a las enseñanzas de Dios. Desde las profecías hasta los relatos, cada palabra nos guía por el camino de la fe, demostrando que es la única vía que nos conducirá a la salvación. En estas páginas sagradas, encontramos historias suaves y conmovedoras que, como hilos de luz, iluminan nuestro camino espiritual.

Que cada palabra, cada oración y cada pasaje nos inspiren a abrazar la misión de Dios con renovado fervor, recordándonos que somos instrumentos en manos del Altísimo para difundir su amor y su gracia en el mundo que habitamos. 

Los principios fundamentales de la fe son como faros luminosos, claros y sencillos de interpretar. Estos faros no sólo nos guían en nuestro viaje espiritual, sino que también son las antorchas que encendemos para iluminar el camino de las generaciones futuras. Su sencillez los hace memorables, lo que nos permite recordarlos fácilmente y transmitirlos en nuestras acciones cotidianas.


"Não só isso, mas também nos gloriamos nas tribulações, porque sabemos que a tribulação produz perseverança; a perseverança, um caráter aprovado; e o caráter aprovado, esperança." Romanos 5:3-4

La Biblia, nuestro compendio sagrado, nos proporciona herramientas para tender puentes fraternos y profundizar los lazos entre generaciones futuras que tal vez no hayan abrazado plenamente la palabra divina.

En este camino de fe, la clave está en fomentar la comunión entre compañeros, envolviéndonos en un manto de añoranza y amor. Necesitamos compartir nuestras experiencias y darnos cuenta de que, en momentos aparentemente desesperados, debemos expresarnos en unidad.

No olvidemos los episodios concretos en los que pusimos a prueba nuestra fe. Estos acontecimientos no fueron meras pruebas de devoción, sino oportunidades únicas e irrepetibles de dialogar con nuestro Creador.

El Señor conocía esas circunstancias y nos recordó que la esperanza se cultiva en Su palabra y en la oración, así como en la unidad entre los fieles y los que aún no han abrazado la fe. Es fácil perder de vista estos pilares fundamentales en medio de las distracciones cotidianas.


"O amor é paciente, o amor é bondoso. Não inveja, não se vangloria, não se orgulha. Não maltrata, não procura seus interesses, não se ira facilmente, não guarda rancor." 1 Corintios 13:4-5

El descuido, siempre al acecho, puede alejarnos de nuestro destino de luz, del propósito que nuestro Creador ha establecido para cada uno de Sus discípulos. Perder nuestra conexión con Dios significa olvidar nuestros valores más profundos, como si nuestra relación con lo divino no necesitara ser cultivada día a día a través de la oración y la dedicación.

La tentación, esa fuerza omnipresente, siempre busca socavar nuestra esfera de influencia.

En nuestro compromiso de cultivar la fe en familia, recordemos que cada acto, cada palabra y cada momento de comunión no sólo nos afectan a nosotros, sino que dejan huella en las generaciones que nos siguen.

La llama de la fe no sólo se mantiene, sino que arde con mayor intensidad cuando, como familia de creyentes, abrazamos los principios fundamentales que nos unen en el amor divino.





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